Di con una glorieta, la cual tenía una espectacular fuente que me atrajo de inmediato, había mucha gente corriendo y paseando a su mascota, algo típico del barrio.
Crucé al primer restaurante que vi y de inmediato me atrapó su encanto. Era fácil percibir la cantidad de modelos que había en él —y alguno que otro celeb que de inmediato ubiqué—, pero, para ser honesto eso no fue lo que me llamó la atención del pequeño establecimiento, si no su acogedor interiorismo; muros tapizados de frutas y verduras, que por su belleza parecían artificiales. Como punto focal, una mesa central para compartir, de cemento forrada con azulejo vintage y muchos bancos. Entonces, sentarme ahí no me hizo sentir solo, así que sin pensarlo más, fui a la barra a ordenar. Desde ese día hasta hoy es uno de mis lugares favoritos.
Ojo de agua es un restaurante de comida saludable con los mejores ingredientes y los más deliciosos jugos que jamás he probado; en lo personal, no conozco un lugar mejor para comprar fruta y deliciosa agua de coco natural, salsas caseras y cantidad de productos orgánicos que me enamoran.